jueves, 29 de marzo de 2007

No me pidas ser tu Amigo

Hoy buscas en mi un amigo
que haga un poco por que alcances lo que anhelas
un amigo sería yo si te apoyara contra todo lo demás.
A un amigo tu dicha le haría feliz
aunque ésta te llevara lejos
y te fueras
más alla de donde yo te habría podido acompañar.

No me pidas ser tu amigo
porque hay cosas en mí que este día no entiendo.
Por ejemplo, que no puedo ser ese alguien
que piensa en la comprensión.
Y ésta sólo me daría tranquilidad
si a la vez tu me comprendieras.
Esta tarde que me hace abrazarte fuerte
cuando me dices adiós

Un amigo te diría que todo marcha
Mientras se muerde los labios
y por ti no extrañaría cada fin de año
los días que no volverás.

Un amigo dejaría de hablar de cosas
que sabe que te harán falta
para hablarte de lo que hay más adelante
aunque yo me quede atrás.

Se que siempre fui el contigo
que tuviste cada instantente de tu vida
alguien que lo daba todo
sin pedirte ni siquiera la verdad
siempre tuviste este cómplice
que vino sin que le necesitaras
porque concebía el mundo desde tus ojos
y ellos me querían mirar

No me pidas ser tu amigo
cuando me dejas saber que ya te marchas.
No soy tan civilizado para comprender,
sabiendo que te vas,
Que para ti seré aquel que hoy lo pierde todo porque no supo escucharte,
que para mi solo seré un extraño en paz que nunca te dejo de amar.

Fernando Delgadillo

miércoles, 28 de marzo de 2007

La ruta de los salmones

A poco de nacer, los salmones abandonan sus ríos y se marchan a la mar.
En aguas lejanas pasan la vida, hasta que emprenden el largo viaje de regreso.
Desde la mar, remontan los ríos. Guiados por alguna brújula secreta, nadan a contracorriente, sin detenerse nunca, saltando a través de las cascadas y de los pedregales. Al cabo de muchas leguas, llegan al lugar donde nacieron.
Vuelven para parir y morir.
En las aguas saladas, han crecido mucho y han cambiado de color. Llegan convertidos en peces enormes, que del rosa pálido han pasado al naranja rojizo, o al azul de plata, o al verdinegro.
El tiempo ha transcurrido, y los salmones ya no son los que eran. Tampoco su lugar es el que era. Las aguas transparentes de su reino de origen y destino están cada vez menos transparentes, y cada vez se ve menos el fondo de grava y rocas.

Los salmones han cambiado y su lugar también ha cambiado.
Pero ellos llevan millones de años creyendo que el regreso existe, y que no mienten los pasajes de ida y vuelta.

Eduardo Galeano

Nadie dice lo contrario

Te levantás un día y pensás: ¿¿Qué estoy haciendo acá??. Reconocés el lugar, las cosas, las sombras; sabés que es tu habitación pero, de repente, no te pertenece. Y no sentís pertenecerle tampoco. Algo falta y algo sobra. Unos minutos después, una burbuja de aire se mete por tu nariz y se mueve, hasta llegar a tu pecho y allí se instala. Y con cada respiración va haciéndose más grande y te invade y tenés más oxígeno del que necesitás? ¿del que necesitás para qué? Para que cada célula de tu cuerpo obtenga lo que le hace falta para funcionar como un perfecto sistema en el que todo se pone de acuerdo y es un equipo donde no hay líderes ni nadie tiene la razón, sino todos?. Ese perfecto sistema no existe. Por eso empezás a sentirte mal y todo ?`todo´ es las ideas, `todo´ es los gustos, `todo´ es los deseos-, todo da vueltas y parece que no va a parar nunca y que, de tanto girar, todo va a salirse de su órbita y a flotar en un espacio que solo tiene aire. Tanto aire como el que tenías, tenés, en el pecho.
¿Y ahora cómo sigo?.Si intento reunir todo entre los brazos, va a escaparse de nuevo, porque dos brazos no alcanzan? no es suficiente.
Respirar profundo podría resultar útil. Así, ese aire vuelve a mí en forma de burbuja otra vez. Pero no sé si aguanto tanto aire, tanto vacío, adentro mío de nuevo.
Podríamos agarrarnos de las manos e intentar que el vacío quedara, entre tu pecho y el mío, girando y golpeando contra nuestros brazos. Pero no!... no puede haber un vacío entre nosotros jamás!.
No hay caso. Solo no podés. Y vos y yo estamos demasiado lejos como para agarrar fuerte esa burbuja, para siempre, y no dejarla ir. ¿Y si estuviera peleando contra nosotros?. Y si se resistiera a ser atrapada, si fuera creciendo cada vez que queremos interponernos en su camino, queriendo que hagamos cada vez más fuerza, más fuerza, más fuerza, hasta que nos agotemos?.
¿Qué tal si dejáramos de provocarla y nos negáramos a darle revancha. ¿Qué tal si dejamos de hacer fuerza y esperamos a que se haga más chiquita y así el espacio sea, en algún momento, mínimo?
¿Y si vos y yo nos acercáramos a medida que el vacío pierde volumen?. Porque quizá el vacío, al perder volúmen, pierda también su forma, y llegue el instante en que ya no lo reconozcamos. Es una posibilidad que así sea. Y nadie dice lo contrario.

domingo, 18 de marzo de 2007

Tratado de Impaciencia número 10

Aquella noche no llovió,
ni apareciste disculpándote,
diciendo, mientras te sentabas,
"perdóname si llego tarde".

No me abrumaste con preguntas,
ni yo traté de impresionarte
contando tontas aventuras,
falsas historias de viaje.

Ni deambulamos por el barrio
buscando algún tugurio abierto,
ni te besé cuando la luna
me sugirió que era el momento.

Tampoco fuimos a bailar,
ni tembló un pájaro en tu pecho
cuando mi boca fue pasando
de las palabras a los hechos.

Y no acabamos en la cama,
que es donde acaban estas cosas,
ardiendo juntos en la hoguera
de piel, sudor, saliva y sombra.

Así que no andes lamentando
lo que pudo pasar y no pasó.
Aquella noche que fallaste,
tampoco fui a la cita yo.

Joaquín Sabina

jueves, 15 de marzo de 2007

Sombra

Me gusta tanto esta foto.... el lago es el Menéndez. Detrás, el glaciar Torrecilla, sobre el cerro del mismo nombre.
P.N. Los Alerces, Esquel, Chubut, Arg. Enero de 2006.

Otra vez mi memoria me condena

¿Por qué tuviste que besarme tan bien?!

La muerte (esa triste forma de andar)

La muerte no implica cerrar los ojos para siempre luego de que el corazón dejó de latir. No significa un día, dejar de estar. La muerte es mucho más amplia, más destructiva, más divisoria y mucho, mucho más devastadora e inmensa.
Morir significa dejar de estar, estando acá; no sentir mutuamente; tener la respiración de alguien encima y no poder tocar su piel.
Morir ocurre también cuando llega el momento en que ya no hay nada que compartir.

Viri

La sencillez

Nos sucede a menudo
que la exhuberancia
que aligera las cosas
se nos pone en frente
retándonos a plasmarla
en simples palabras.

...es difícil
cerrar los ojos,
formular un deseo,
contar un, dos, tres,
abrirlos de nuevo
y constatar
que está hecho:
que oigo tu voz,
que te veo.

Donde estás
has de estar bien
estoy segura.
Pero
mejor se lo pasaría
aquí
si estuvieras,
claro está.

Lo había visto muchas veces.
Una de esas veces
lo miré como debía
y entonces
lo ví como era.

Angela Botero López

Río Correntoso. Une el Nahuel Huapi con el Lago Correntoso. Va. La Angostura, NQN, ARG.

Lago Nahuel Huapi, Villa La Angostura, Neuquén, Argentina

Para la Cátedra de Historia

Hace unos quince mil millones de años, según dicen los entendidos, un huevo incandescente estalló en medio de la nada y dio nacimiento a los cielos y a las estrellas y a los mundos.
Hace unos cuatro mil o cuatro mil quinientos millones de años, año más, año menos, la primera célula bebió el caldo del mar, y le gustó, y se duplicó para tener a quién convidar el trago.
Hace unos dos millones de años, la mujer y el hombre, casi monos, se irguieron sobre sus patas y alzaron los brazos y se abrazaron y se entraron, y por primera vez tuvieron la alegría y el pánico de verse, cara a cara, mientras estaban en eso.
Hace unos cuatrocientos cincuenta mil años, la mujer y el hombre frotaron dos piedras y encendieron el primer fuego, que los ayudó a defenderse del invierno.
Hace unos trescientos mil años, la mujer y el hombre se dijeron las primeras palabras y creyeron que podían entenderse.
Y en eso estamos, todavía: queriendo ser dos, muertos de miedo, muertos de frío, buscando palabras.

Eduardo Galeano

miércoles, 14 de marzo de 2007

pip...pip...pip...

...y sigue sin llamarme...

Culex pipiens

Culex pipiens, "mosquito común" o "mosquito doméstico".

Esta mañana -más precisamente a las 10:30 hs- tuve turno con mi dentista. Debido a que estoy haciendo un tratamiento, una vez por semana debo recorrer las 28 cuadras que separan mi casa de su consultorio. A su vez, doce cuadras más "allá", viven mis abuelos, por lo que aprovecho para visitarlos.
A mitad de camino entre el consultorio y la casa de los padres de mi padre hay una plaza que lleva el nombre (o mejor dicho, el apellido) de Güemes la cual, para acortar camino, suelo cruzar. Pero, esta vez, terminaron cruzandome a mi, pero de vereda. Fue de verdad muy extraño y, les confieso... tuve miedo: hizo falta que apoyara un pie en el pasto para que una inmensa bandada de mosquitos se me viniera encima como si algún otro hubiera gritado "¡¡¡al ataqueeee!!!". Era como si, en vez de picarme, quisieran comerme viva... como si me exigieran que abandone su territorio. Creo que hasta me cachetearon y, con esto, lograron su cometido porque enseguida puse primera, apuré el paso y corrí para abandonar la plaza. Pero no terminó ahí, porque lo más cercano que había era la rambla, que también se encontraba fuertemente custodiada por estos desagradables dípteros. Me había convertido en su plato principal.
El resultado?: llegué a la casa de mis abuelos acalorada, llena de ronchas, toda picada y rascándome como sarnosa, pero agradeciendo que no fueran más que "un par" de Culex pipiens.

martes, 13 de marzo de 2007

Extraña ¿realidad?

Una de las páginas del ingenioso Tute me viene bárbaro para ilustrar esta extraña sensación de realidad. Quiero decir que sé que lo que pasa, REALMENTE pasa, pero me despacho con una absurda negación: sé perfectamente bien qué es lo que tengo que hacer para que esta realidad deje de serlo, pero no tengo ni una idea de cómo llevar a la práctica esos conocimientos.

En tus brazos


"En tus brazos" es un tango con letra es de Elizardo Martínez Vilas (Marvil) y música de Carlos Zárate. Conocí esta belleza de composición gracias a un CD que mi madre compró hace unos meses, en el cual aparece cantada por Oscar Larroca. Ahora vuelvo a encontrarlo pero, esta vez, gracias a (la maravillosa) internet. Estaba chusmeando una de esas páginas de juegos y demás, buscando links que estuvieran relacionados con el arte "raro" (para más información, me llamó la atención el de Jen Stark que hace, entre otras cosas, esculturas con papeles de cientos de colores), cuando me encontré con otro que me llamó la atención por su imágen: una foto en tonos gris, negro y rojo en la que aparece una pareja de tangueros lista para "humillar" en la pista de baile. Y ahí estaba yo, dándole click al link que decía "en tus brazos". No era nada más, ni nada menos, que un corto animado en 3D. Una creación de François-Xavier Goby,Matthieu Landour y Edouard Jouret, todos ellos de la escuela francesa Supinfocom, de animación y diseño gráfico.
El corto tiene casi de todo: música, letras, pocas palabras (esto es casi lo mejor), color, los ojos del bailarín (que geniales!), amor, pasión, esperanza....

La letra del tango "En tus brazos".

Yo me cegué en tus ojazos
y fui a caer en tus brazos.
Y entre tus brazos yo fui feliz,
porque te amé con delirio.
Yo fui a caer en tus brazos
y así llegué hasta el martirio;
te juro que enloquecí,
cuando por dentro me vi,
y comprendí lo que hacía.
Quiero mirar hacia Dios,
aunque me muerda el dolor,
aunque me cueste morir.

Por quererte llegué hasta el martirio,
cuando vi que mi casa dejaba
y, aunque mi alma en tus brazos quedaba,
te dejé, que es igual que morir.
¡Cómo duele en la carne el zarpazo!
¡Así duele escapar de tus brazos!
De tu brazos, que a mí se aferraban,gritando:
¡Mi vida se irá si te vas!

Hoy, con el alma en pedazos,
temblé al pensar en tus brazos
y cada noche de horror grité,
grité tu nombre querido.
Quise volver a tus brazos
y al ver los pibes dormidos,
te juro que enloquecí
cuando por dentro me vi
y comprendí lo que hacía.
Quiero mirar hacia Dios
aunque me muerda el dolor,
aunque me cueste morir.

Basta de palabras... véanlo.

www.entusbrazos.fr


La Bienvenida

Como en todo comienzo, es necesaria otra actitud. Decir... manifestar con palabras que ninguno de ustedes escucha, pero que cualquiera puede interpretar. Aunque no se comprenda, que se acepte y que, una vez más, se diga... para empezar a mirar otra vez.