sábado, 9 de julio de 2011

Aquí, ahora.

Claro que no espero para vos ser tu Diosa, tu Cielo.
Claro que no quiero de mi los preceptos,
la observancia, el duelo de negro que duele.

Prefiero ir rompiendo las reglas,
optando, eligiendo vivir en comisuras amplias,
acercando las manos al fuego
que arde de amor y placer en los dos.

Claro que no quiero ser quien se deshace en porciones
para que tomes de mi lo más amplio y efímero.
Claro que deseo que me prefieras toda,
entera, desde el alma hasta el aura
y de adentro hacia afuera.

Prefiero así, amarte a gritos y también en silencio,
quererte todo, quererte bien.
Prefiero tenerte bien cerca, llevarte conmigo,
a donde sea que deseemos ir.
Opto por que vayamos tomados de la mano
a cualquier sitio cálido, que pueda decirse nuestro.
Elijamos transitar en paz la vida nueva
Disfrutemos de todo, vivamos como en una aventura,
una eterna posibilidad de mejorar, de crecer
de ser mejores personas, mejores amantes, mejores amigos.

Todo nos alcanza deseándolo.

domingo, 29 de mayo de 2011

Tomo para mi

Libro abierto
hoja primera
y su nombre.

Escrito prolijamente con tinta azul
en letras mayúsculas
íes hacia la izquierda
aes a la derecha
letra fuerte, segura,
de puro hombre.
Me invita él a entrar
a pasar de página
y me atrapan
las palabras subrayadas
nombres y oraciones
apoyadas sobre líneas
grises de lápiz.
Y en una línea única
me cuenta de quellas personas
que tienen estos nombres
cuyas vidas y muertes
están contadas en esas
pocas oraciones subrayadas.
Describe espacios y tiempos
en los que no estuvimos
en los que no vamos a estar
en los que no quisiera estar.

Pero me deja imaginar otros
otros que sí elegiría yo
o mejor
que elegiríamos los dos.

Ideal

Navego en tus emociones en busca de refugio a tanta soledad.
Me sumerjo de golpe en tu cuerpo, me empapo de vos.
Tomados de la mano viajamos en el tiempo,
un tiempo sin fin que nos hace eternos,
para fundirnos en una gota de rocío.
Zurcamos cielos azules, soleados, airosos.
A veces vos me pedís descansar
y entonces nos echamos sobre la nube más pequeña
contemplamos las flores que dibujan colores en el suelo
jugamos nosotros a ser
sombras y colores y formas desdibujadas
y vamos creando otro mundo
donde crecemos y contemplamos
el amanecer de nuestro amor
donde podemos ser únicos, sentirnos grandes
y conservar la humildad de un
"te quiero conmigo, para mi"
para poder cosechar los frutos del amor
en el que ahora navegamos.

M.E.E.R. 18/11/2010