jueves, 24 de julio de 2008

no me quiero cambiar

Tengo sueño otra vez casi me acuesto con el sol algo hay en mis venas que no es mio me estoy fumando el primer cigarrillo Sinead canta que some things look better baby just passing through y todavía están sobre la mesa los libros que compré ayer y las botellas y Sinead tiene razón y también la tenía Elton y debo reconocer también la tenía yo y después de todo estoy feliz o no mejor soy feliz porque sí como alguien que hoy me escribió porque sí y extraño mucho a alguien pero como no sé a quien no tendrá importancia
y punto punto punto

miércoles, 23 de julio de 2008

VII

Aunque es posible que vos viajes
o uno decida que lo mejor está acá
nomás acá, alrededor
y aunque es casi seguro
que transitaremos el olvido
cuando no queden memorias
que nos definan
entonces ahí descubriremos
que todo es acá nomás
que nada se extiende
mucho más allá de tus labios
porque tus labios
país frontera
país de exilio para los míos
meandro abandonado
y lago herradura medio oásis
son labios parte de nada
que se dan al todo completos
y tienen un nombre y una forma
y serán también parte del olvido
donde estaremos nosotros
olvidados por vos y sin tus labios

Ella sabía

Es hablar de ellos lo que cuesta. Son palabras las que faltan porque ellos no están. Aparecen un día, pasan y allá los ves, desplegando sonrisas a falta de alas y dejan, o no, una marca que llevás orgullosa con vos, como una foto en la billetera, un saco nuevo o un número de teléfono agendado en el celular.
Y la tonta los describe y cuenta historias malparidas en la humedad, valiéndose de un par de palabritas tan tontas como ella que escuchan otros a los que no les importa porque desde siempre supieron que esas historias malparidas y esas palabras tontas son ficticias. Ella las va dibujando cada vez que puede.
Pero de vez en cuando la tonta se cruza con otro más tonto que ella que también se valió de esas palabras y que, a falta de sonrisas, desplegó alas.
Ella sabía, tonta y él, tonto, también sabía. Y no les importó. Y ahora se rien de vos a carcajadas porque vos te quedaste sin alas, sin sonrisas, sin palabras tontas de las que reirte y sin historias.
Vos ni te imaginabas -no tenías con qué- y ellos ya sabían.
Podés reirte de eso.