jueves, 22 de mayo de 2008

mEtAmOrFiSmO

a veces el agua
se enfrenta a
los vientos. No
hay olas ni espuma
me dejo llevar
la nieve se quema
en la madrugada
el otoño se mueve
entre soledades.
Un ave se
hamaca sobre el
huracán
camino sinuoso
piscinas de fuego
ardiendo, bordes
de papel que
se aproximan
mientras
escapan.
Las marcas
en la piel
cicatriz
escorias
humo.
Nada más
y nada menos.

martes, 13 de mayo de 2008

Otra vez esa sensación. Otra vez esa tristeza que no duele, ese esperar sentada en el lugar común, vacío; ese dolor que no dolió nunca, el arrepentimiento de quien no lo hizo. La felicidad gigante del que no tiene cómo reirla, el llanto del que se ha secado, marchitado. El adiós de quien no llegó nunca. Otra vez las manos del esposado, la bala en la culata del revolver de ese que dejó el seguro puesto, seguro de no tener que escuchar de nuevo los tiros no disparados. Una vez más lo que no fue, el perdón por, el dame, el nombre de, los gritos de nadie, su ceguera de ojo ácido, su lengua amarga.
Todo él dulce, todo él yo, todo él solo, todo ego, todo ayer... todo él muerto.

domingo, 11 de mayo de 2008

Si lo piensa
un segundo
no vuelve
a decirlo

No se le ocurrió
que estaba cometiendo la torpeza
de hablar en plural
mientras yo
ladeando en mi extrema singularidad
dejaba caer el tejido
tejido entre los dedos
y con su pelo
No tuvo la decencia
de proferir alguna palabra, cualquiera
que le volviera
un hombre otra vez
Y yo esperaba
otro yo, otro vos
que nos devolviera la realidad
que alimentara
la corporeidad arrebatada
impunemente

Si lo pensara
otro segundo
volvería
a decirlo

sábado, 10 de mayo de 2008

¿Quién me lee ahora?

jueves, 1 de mayo de 2008

Posteridad

No insistas.
No pretendas que aquí está todo dicho.
Vos creés que esta historia es nuestra
que decidimos empezar a escribirla
el día que nos despertamos y seguíamos ahí.
Y si, por casualidad, estabas pensando en él,
olvidate. Hoy no. No esta noche.
Te espero mañana mejor, de día.
Es algo menos riesgoso, menos peligroso.
Disculpame si te doy la espalda
pero nosotros estábamos acá primero
(¿debería sentirme culpable?).
Me pido otro café y sigue hablando
prendo otro cigarrillo y sigue hablando.
Decime vos lo que quieras de una sola vez
porque estoy preparada para cualquier cosa.
Sí, ya sé que no soy yo, que sos vos
que estás confundido, que tu tiempo
que el lugar, que es lejos...¿qué?
Que no te vas?. Yo me voy
porque se me enfría el café,
porque es interesante lo que hay atrás.
Dejame hablar ahora.
Dejame que te pida que me invites
otro café, otro tiempo, otra historia...

Eñe

Vos sí sabías mirarnos. Vos sabías sonreír, sabías cómo hablarnos, cómo decirnos. Te sobraba la fuerza para soportar cualquier cosa y eras tan frágil, tan delicada, tan a punto de romperte siempre...
Vos sos la que corrió, la que saltó, la que caminó... la misma que sacó a pasear a su bastón, la que se tomaba las manos para que dejaran de temblar.
A vos te dolía y a nosotros nos dolía. Tus lágrimas fueron siempre mis lágrimas
Nunca le abrimos la puerta a nadie... tampoco a Dios, si lo pedías.
¿Con quién hablabas, con quién, todas esas noches en las que te mirando fijo las puertas de tu placard? Qué te decía? Lo escuchabas? Qué te pedía?.
Te esa mañana cuando miré sobre mi hombro derecho. Otra vez habías venido a despertarme, como todas las mañanas. Como ninguna anterior a esa.
Vos te apagabas y te encendías por ardor propio y ajeno, por tus hijos, por los que están y los que estuvieron. Por los que tuviste alguna vez.
Somos tus nietos, algunos, los que crecimos con vos, los que vivimos, los que amamos/odiamos con vos.
Sos quien espero que esté cada vez que vuelvo a la casa que compartimos, quien quiero que sepa todo en primer lugar.
No hubo nunca dos abrazos como el tuyo. Te desarmabas en cada uno y volvías a nacer en nosotros. Vos te ibas deshilachando. Nosotros hoy tejemos futuro con lo que nos queda.