miércoles, 28 de marzo de 2007

Nadie dice lo contrario

Te levantás un día y pensás: ¿¿Qué estoy haciendo acá??. Reconocés el lugar, las cosas, las sombras; sabés que es tu habitación pero, de repente, no te pertenece. Y no sentís pertenecerle tampoco. Algo falta y algo sobra. Unos minutos después, una burbuja de aire se mete por tu nariz y se mueve, hasta llegar a tu pecho y allí se instala. Y con cada respiración va haciéndose más grande y te invade y tenés más oxígeno del que necesitás? ¿del que necesitás para qué? Para que cada célula de tu cuerpo obtenga lo que le hace falta para funcionar como un perfecto sistema en el que todo se pone de acuerdo y es un equipo donde no hay líderes ni nadie tiene la razón, sino todos?. Ese perfecto sistema no existe. Por eso empezás a sentirte mal y todo ?`todo´ es las ideas, `todo´ es los gustos, `todo´ es los deseos-, todo da vueltas y parece que no va a parar nunca y que, de tanto girar, todo va a salirse de su órbita y a flotar en un espacio que solo tiene aire. Tanto aire como el que tenías, tenés, en el pecho.
¿Y ahora cómo sigo?.Si intento reunir todo entre los brazos, va a escaparse de nuevo, porque dos brazos no alcanzan? no es suficiente.
Respirar profundo podría resultar útil. Así, ese aire vuelve a mí en forma de burbuja otra vez. Pero no sé si aguanto tanto aire, tanto vacío, adentro mío de nuevo.
Podríamos agarrarnos de las manos e intentar que el vacío quedara, entre tu pecho y el mío, girando y golpeando contra nuestros brazos. Pero no!... no puede haber un vacío entre nosotros jamás!.
No hay caso. Solo no podés. Y vos y yo estamos demasiado lejos como para agarrar fuerte esa burbuja, para siempre, y no dejarla ir. ¿Y si estuviera peleando contra nosotros?. Y si se resistiera a ser atrapada, si fuera creciendo cada vez que queremos interponernos en su camino, queriendo que hagamos cada vez más fuerza, más fuerza, más fuerza, hasta que nos agotemos?.
¿Qué tal si dejáramos de provocarla y nos negáramos a darle revancha. ¿Qué tal si dejamos de hacer fuerza y esperamos a que se haga más chiquita y así el espacio sea, en algún momento, mínimo?
¿Y si vos y yo nos acercáramos a medida que el vacío pierde volumen?. Porque quizá el vacío, al perder volúmen, pierda también su forma, y llegue el instante en que ya no lo reconozcamos. Es una posibilidad que así sea. Y nadie dice lo contrario.

No hay comentarios: