domingo, 31 de agosto de 2008

Y yo te miro mientras vos te desgarrás los dedos tratando de dibujar una melodía que se ajuste a las letras que se desprendieron de esos mismos dedos, una que recorra todas las calles por las que camino, que cruce todas las puertas que yo misma cruzo. Y te veo cerrar los ojos y me distraigo mirando cómo hacen bailar a tus párpados y entonces no espero y yo también cierro los ojos para ver si veo lo que vos ves, y no. Ahí mismo vos los volvés a abrir y estamos en otro lugar donde leemos diarios y hablamos de política y también de literatura como si hablaramos de patos o del tiempo o de nosotros. Y un rato después yo te escucho y estás diciendo otra estupidez como la anterior, la de la otra vez y también ahora me río... será hasta que tus estupideces me hagan llorar.
Vos seguís con tu guitarra. Yo te dejo esto.

1 comentario:

Cecy.. dijo...

A veces no nos dan a escoger entre las lágrimas y la risa, sino sólo entre las lágrimas, y entonces hay que saberse decidir por las más hermosas...